lunes, 17 de marzo de 2008

Lo que me sale de las vísceras IV

Le pueden cortar al ruiseñor sus alas
y el ruiseñor saltará de rama en rama,
puede que feliz.

Le pueden condenar a vivir
acurrucándose en los fríos inviernos,
en un triste nido deshecho,
donde no pueda conciliar el sueño,
pero donde la soledad se dé un festín.

Puede,
él puede vivir así,
mucho tiempo.

Puede engañarle la primavera
y despertarle en plena noche,
pueden confundirle el norte
rotando en el cielo las estrellas,
puede sentirse breve en el mundo,
y no encontrar el horizonte al que volar,
puede continuar buscando su sombra,
por toda una eternidad.

Y lo hará,
de pie,
enfrentándose al viento.

Pero muerte si le quitaran su canto,
su voz , su queja,
si le impusieran el silencio
o angustia que le muerda,
pues no se hizo el frágil ruiseñor
para la mezquindad y la ofensa,
no para un corazón negro,
sino para el sol y la luna llena,
las flores y las olas del mar,
y el verano en las azoteas.

Para la efímera belleza de un verso,
y para la libertad en las venas.



MC.

2 comentarios:

Platónika dijo...

Hola mis pezqueñines, estoy de vuelta por el cibermundo y contenta de volver a leeros! :-)
Bellísimo el poema del ruiseñor de mi poetisa farolita. Al leerlo no he podido evitar que me vinieran a la cabeza imágenes de pajarillos platónikos... ;-)

Os mando un beso enorme.
Sigue escribiendo MC, que no te quiten tu canto!


---S---

R y Mc dijo...

Uoh!! Soniachí!!
Me alegro de que vuelvas al mundo bloggero :-D, la que está un poco desconectada ahora soy yo, la universidad me tiene absorvida casi al 100%, es un infierno. Me estoy mentalizando de que es un spring final duro, pero final, hasta junio, y eso lo hace más llevadero :-D.

Un besito pequeña chí, espero verte pronto!!!

MC.