sábado, 5 de marzo de 2011

En el tren no, por favor — Parte 3

(Continuación de este post)

Comportamiento Nº3
El complejo de Napoleón


Una vez ya sentados y con el tren en marcha pueden empiezar a aflorar los llamados “Napoleones” , sobretodo entre los pasajeros masculinos y las señoras de mayor edad. El “complejo de Napoleón” se presenta cuando el afectado apoya el brazo sobre el apoyabrazos que separa los dos asientos e invade con los codos, el periódico, el libro, o el abrigo de ir a esquiar el asiento de al lado. Este comportamiento, totalmente irrespetuoso, es producido por una deficiencia física y mental, tratable, de su ejecutor. El hecho de invadir el espacio personal de otra persona de forma tan descarada evidencia una grave deficiencia en la percepción espacial y por lo tanto una lesión cerebral tratable con cirujía si se diagnostica a tiempo. Por otra parte el hecho de ser consciente de la invasión del espacio personal ajeno y no mostrarse mínimamente afectado o con intención de reparar la ofensa, evidencia problemas de crueldad extrema, nivel cero de empatía y enanismo genital en el caso masculino.

Como punto más importante hay que destacar que este comportamiento, además de considerarse una falta de respecto grave y tener raíces patológicas, proyecta una imagen arrogante y déspota del individuo afectado que le resta posibilidades, directamente proporcionales a su grado de enfermedad, de ser ayudado en el caso de que descarrile el tren o simplemente de ser tratado con simpatía. Además aumenta el riesgo de ser insultado, de ser maldecido con vudú, o peor aún, de ser golpeado en retorno por el codo o la mano de su víctima si se ha sentado al lado de otro “Napoleón” que podría comenzar una disputa sangrienta por el dominio del territorio.

Por lo tanto se aconseja tratar de corregir este comportamiento y ceñirse a la parte del asiento que corresponde, tratando ese apoyabrazos central como una barrera neutral que nadie puede hacerse suya, por el bien de todos los pasajeros.

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